Este artículo pretendemos que sea una reflexión sobre el uso que hacemos de LinkedIn, en concreto sobre sus grupos, y si realmente sabemos utilizarlos y sirven para lo que se supone. He escrito pretendemos porque será un artículo en dos partes: una, una visión quizá más “negativa”, la que leerás ahora si deseas, y el contrapunto, la parte “positiva”, de la que se encargará Elena Arnáiz y que publicaremos en los próximos días.
Lo que vas a encontrar en este artículo
Imagino que si estás leyendo esto sabes perfectamente qué es LinkedIn, pero si no lo conoces y, como no quiero padecer de “suponitis”, te lo explico rápidamente:
LinkedIn es la red social de los profesionales. Mientras otras redes generalistas como Facebook o Twitter son más B2C (Business to Consumer), es decir, orientadas más a dirigirte a un posible cliente, LinkedIn es una red B2B (Business to Business), orientada a la relación con otras empresas y/o profesionales con los que tener contacto y obtener un mutuo beneficio profesional, ya sea económico, relacional, o del tipo que fuere.
Si quieres saber más sobre LinkedIn no te pierdas el blog de Elena Arnáiz o las entrevistas que sobre este tema he realizado en Café Digital a varios profesionales y expertos en el tema.
Grupos de LinkedIn
Los grupos de LinkedIn son una herramienta parecida a los “foros”. Hay personas o empresas que crean los grupos (puede hacerlo cualquiera) sobre una determinada temática; si te interesa, puedes unirte al grupo y abrir un debate (hilo de discusión) sobre un tema concreto. Por ejemplo, con este artículo yo podría abrir el debate en un grupo como LinkedWoman, especializado en LinkedIn, para conocer la opinión de los participantes sobre si los grupos sirven o no para algo.
Actualmente, una sola persona puede administrar hasta 30 grupos y pertenecer hasta 100 grupos, entre otras limitaciones.
Además, cabe mencionar que el 14 de octubre LinkedIn introdujo cambios en las configuraciones de los grupos que entenderás mucho mejor de lo que yo pueda explicarlo si lees el artículo de María Lázaro Ávila sobre este tema.
Pero, realmente… ¿Sirven para algo los grupos de LinkedIn?
No sé qué dirá Elena Arnáiz en su réplica a este artículo, pero yo no veo tantas venajas. Se supone, y vuelvo a lo de la “suponitis” del principio que si pides acceso para formar parte de un grupo es porque la temática del mismo te interesa y allí podrás tener una relación más directa con profesionales del sector o interesados en ese sector, generar un networking de mayor calidad, además de estar más y mejor informado sobre el mismo.
Pero, lo dicho, se supone. Al igual que se supone que los profesionales que manejan LinkedIn cuando solicitan a alguien entrar a formar parte de sus contactos le envían a esa persona un mensaje personalizado, y no el mensaje que envía LinkedIn por defecto.
¿Tú personalizas el mensaje? Yo sí lo hago. Pero más del 90 % de las peticiones que me han llegado a mí son con el mensaje por defecto, nada de personalización. Y esa es una de las normas básicas de manejo de LinkedIn.
Antes, alguien que no formara parte de tu red hasta el 2º grado de contacto, si compartíais grupo, podías mandarle una solicitud de contacto sin necesitar su email, ser su amigo o haber hecho negocios con él/ella (entre otras maneras que permite LinkedIn para contactar con alguien). Existía la posibilidad de un contacto más fácil por el simple hecho de formar parte del mismo grupo. Antes. Ahora eso no es posible.
Y hablar de un debate en un grupo… Eso es casi una utopía. Igual soy yo, pero casi en ningún grupo de los que soy miembro, que yo recuerde, alguien hace otra cosa diferente a llegar, soltar su artículo y, adiós muy buenas. Contestar a las pocas recomendaciones que tenga, y poco más. Y, sinceramente, para eso ya tenemos Twitter.
En unos días la segunda parte de este artículo, la réplica, la parte buena de los grupos de LinkedIn, con Elena Arnáiz.
Por cierto, acepto sugerencias sobre grupos de LinkedIn con los que cambiar esta opinión 😉
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