Madrileña. Funcionaria de la Administración Local. Tiene un piercing en la lengua. Y tatuajes. Murió hace unos años. Ahora es otra, una mujer que quiere vivir intensamente. Hoy en #DetrásDeLaArroba te traigo una entrevista a Aída del Pozo Aceves y, como en todas las entrevistas que hago, vamos a tratar de conocerla de una manera más personal. Si según su última obra Amor se escribe con H, ¿con qué letra se escribirá sexo? ¿Cruzaría el umbral de lo lícito para salvar del infierno a alguien a quien quiere? ¿Le gustará observar a la gente? ¿Y ser observada? ¿Pensará de sí misma que es una “tía buena”? Si quieres conocer las respuestas a estas y otras muchas preguntas no te pierdas esta…
Entrevista a Aída del Pozo Aceves, escritora
Montémonos en una máquina del tiempo. ¿Qué le dirías a la Aída que tenía de 15 a 20 años?
Le diría: Ay, Aidi, te van a pasar mil cosas. Vas a ser una “tropezadora” profesional, nena. Pero, ¿sabes? Te vas a levantar TODOS los días, con un par. Y a seguir, que aún no ha nacido, y te lo digo por experiencia, quién te pare. Vas a vivir muchas cosas, buenas y malas. Las malas, aunque ahora no lo creas, te harán quién eres, así que sonríe, porque eres la caña. Trabaja esas piernas para levantarte mil veces porque gracias a esas caídas y a ese levantarte, vas a tener esta cabecita tan bien amueblada.
Eso le diría, Manuel y creo que ella me haría caso. La prueba: que aquí estoy.
¿Qué es vivir? ¿Se puede vivir sin amor?
Seré gráfica: Ring, levantarse, ducha, vestirse, salir a la calle, currar, comer, casa, rutina, cenar, dormir. Y, entremedias, millones y millones de pequeñas cosas. A eso, a lo que está entremedias, lo llamo vivir. Y es, sin duda, algo maravilloso.
SEGUNDA PARTE DE TU PREGUNTA,
¿Se puede vivir sin amor? Soy radical en mi respuesta: Sin AMOR a ti mismo, NO. No nos paramos ni un segundo de nuestra vida a conocernos, ni siquiera nos miramos al espejo para observarnos. Y así nos pasa luego, que nos entran mil neuras y nos ponemos a divagar sobre el AMOR. Hay quienes llegan a pensar que sin amar y ser amados no se puede vivir. Amados por otro y, encima, correspondidos. Basar la felicidad en esa premisa es una auténtica gilipollez. Un espejo, mirarnos y amarnos. Y después… ya se verá.
¿A una mujer sin pelos en la lengua y segura de sí misma hay que temerla? (seas hombre o mujer)
Diferenciemos pelos y pelos. Si a no tener pelos en la lengua es a eso a lo algunas personas llaman sinceridad y lo confunden con falta de tacto y respeto, más que temerla, hay que apartarse, ya que poco nos aportará, en mi opinión. Alguien que practica por costumbre ese “soy sincera y estás gorda, eres idiota, me pareces una imbécil”, me da mala espina. La falta de tacto esconde muchas carencias.
Sin embargo, al añadir a tu pregunta “segura de sí misma”, hablamos de un concepto bien distinto. No hay nada que seduzca más, desde mi punto de vista, que la seguridad y la sinceridad y, a la vez, que acojone más, tanto a hombres como a mujeres.
Seduce a las personas inteligentes y acojona a las personas tóxicas y nocivas. Aclaro que es mi opinión, por supuesto, Manuel.
Las que nombras son cualidades que se envidian. En mi caso, me quedo con el gran poder de la seducción de una persona franca y segura de su potencial. Esas personas irradian algo que atrae. También he aprendido que, para ser así, hay que ser muy valiente, ya que esta sociedad es hipócrita.
En mi caso, hace mucho tiempo que me encuentro bien conmigo misma, me gusta ser franca, decir lo que pienso y siempre con una sonrisa en la cara. Jamás me he regocijado hiriendo a nadie y añadiendo que soy sincera, cuando lo que se es, es un maleducado en mayúsculas. Creo que con la sinceridad amable he ganado mucho más que he perdido, ya que a quien he recuperado y conocido en primer lugar, ha sido a mí misma.
Siendo así, he podido hacer poco a poco una selección entre las personas que se han cruzado en mi camino. Algunas de ellas han sido una auténtica decepción, pero la vida sigue. De eso se trata, de ser tú, aprender, enmendar y seguir. De quedarte con quienes te aportan y apartarte de quienes te dañan. Saber lo que quiero, decirlo y la seguridad que me dan ambas cosas, me ha ayudado también a rodearme de maravillosas personas, tanto amigos, lectores, escritores, parejas, conocidos, compañeros de redes… Que me teman o no, ya va en cada uno y, por ende, ya decido yo.
Algunas preguntas sobre la última vez: ¿Cuándo fue la última vez que…?
– Intentaron ligar contigo por las redes sociales: Todos los días lo intentan. Debería hacer memoria del día en que no. Creo que hay muchas personas que no leen los perfiles. Miran, sacan la caña y a pescar.
– Te pidieron que les regalaras uno de tus libros: Hace mucho que no me piden eso. Algunos lectores me comentaron su falta de presupuesto para leer y se las regalé en digital. Grandes lectores y buenos amigos, en cuyos países leer es muy caro. Por desgracia, en algunos, la cultura es un lujo.
– Dijiste te quiero: Hoy, a mis dos hijas.
– Crees que decepcionaste a alguien: A mí misma. Ya no más.
Fuera prejuicios, fuera egos, fuera inseguridades… Y centrémonos solo en el aspecto físico. Aída, hoy, se mira al espejo y piensa ¡Joder, nena, que buena estás!
Estás en lo cierto, Manuel, lo has leído en alguna parte. Lo pensaba hace tiempo y forma parte de mi pasado. Tengo atrás uno que pesaba mucho. Cuando te oprimen y anulan, no solo lo hacen como persona (pensamientos, opiniones, deseos, necesidades), sino que logran que veas tu propia imagen distorsionada: nadie se fijará en ti, eres un coco loco. Este pasado daría para unas cuantas novelas e igual me decido a escribirlas, pero a día de hoy, me miro y me digo, “Aidi, estás como un tren”.
Ligo con hombres más jóvenes que yo, tengo mi punto y mi morbo y soy plenamente consciente de ello, pero me gustaría ponerme unos vestiditos muy monos que tengo en el armario. Solo me falta eso para decir que estoy como un queso y un tren. Ahora mismo, solo puedo decir que estoy como un tren, Manuel, para llegar a decir lo otro, tengo que aligerar unos cinco kilos de mi anatomía.
¿Cuál es el mejor regalo que te ha hecho…? (no tiene por qué ser material)
– La vida: Permitirme conocerme. Muchos mueren sin haberse conocido.
– Tus hijas: Una frase: “Estamos orgullosas de ti”.
– Tus lectores: Creer en mí, con una sola frase también: “Con tus letras me has hecho sentir”.
– Tú a ti misma: La valentía de romper con todo. Sucedió un buen día, algo dentro de mí hizo clic y, hasta ahora…
Lo siento, estoy seguro que te suena, pero no puedo reprimir el hacerte esta pregunta: ¿Cruzarías el umbral de lo lícito para salvar del infierno a alguien a quien quieres?
SÍ. No tengo dudas. Tengo dos razones y tienen nombres: NOELIA Y CRISTINA.
¿Lo has perdido alguna vez…?
– El monedero (o cartera) con dinero y/o tu documentación: NUNCA. De hecho, tuve que retirar una denuncia al creer que había perdido el carné de conducir, porque estaba bajo la cafetera. Tengo la “sana costumbre” de vaciar los bolsos en la encimera de la cocina y una vez, cuando fui a echar mano del carné.
– Un libro: Perdido no, roto, sí: La tía Tula. Se lo comió mi perra. No debió quedarse satisfecha con su cuenco de pienso, pasaba por mi habitación, lo vio en la mesilla y…
– La vergüenza: Todos los días en un ejercicio de disciplina necesaria. Si no la pierdo, ¿dónde quedarían mi cordura y mi locura?
– El amor: Ufff. mmmm… esto… Estoy divorciada, pero no creo haber perdido eso jamás. ¿Vale esta respuesta?
– La inocencia: Cuando la pierda, será que me he muerto.
– La dignidad: Varias veces. Quizás porque soy bastante confiada.
– Tus valores: Creo que tengo unos valores firmes desde que me atreví a conocerme de verdad y no los he perdido. Si los perdiera, sería porque me he perdido de nuevo.
Ronda rápida de preguntas (I):
– Si el amor es con H, ¿entonces el sexo es con…? Con S de SÍ y con mmmm, y ahhhh.
– ¿Te gusta observar a la gente? Me encanta. Toda persona tiene una novela en su interior. Yo escribo novelas, o sea que…
– ¿Y que te observen? También. Eso es muestra de interés. El interés es el comienzo de muchas cosas, tanto buenas como malas. Además, no me gusta pasar desapercibida.
– Justo en este momento, piensa en la primera persona que se te venga a la cabeza. ¿Quién es? Tú.
– ¿Cuál debería ser el octavo pecado capital? Uf, Manuel, primero debería hacer memoria de cuáles son los otros siete… Quizás la falsa modestia. Aunque ese es un pecadillo de nada…
Ronda rápida de preguntas (II):
– ¿Tienes esperanzas de ganar el Premio Literario Amazon 2018? Si no creyera que puedo ganarlo, no me hubiese presentado. Amor con H es una gran novela.
– ¿Quién crees que va a ganarlo? Espero que yo, jajajaja.
– Si no lo ganas tú, ¿quién, y por qué, te gustaría que lo ganara o crees que lo va a ganar? Quizás A. V. San Martín, Antonio Orozco Guerrero, Lars W. Jacobson… Cualquiera de ellos me encantaría que ganara el premio. Pero como sé que quieres solo un nombre, no me voy a dejar llevar solo por el corazón. Creo que Lorena Franco, porque ya fue finalista, por lo bien que se maneja en las redes y porque ya tiene afianzados un buen número de seguidores puede ser la ganadora.
– Como una de las cosas que hago son portadas para libros… De los participantes en el Premio Literario Amazon 2018, la portada que más te gusta es… Aparte de la de Amor con H, que me encanta, me gusta la de “Enamorada por los pelos”, de Dublineta Eire y “A dos centímetros de su piel”, de Dulce Merce, por lo divertidas que las encuentro, y por lo sencilla y a la vez elegante, “Camino hacia la extinción”, de Lars W. Jacobson.
– ¿A qué escritor/a, y por qué, piensas que debería hacer una entrevista como esta? Me pones en un compromiso muy grande al hacer que tenga que decidirme por uno solo de mis compañeros de batalla. Pero me voy a mojar: Antonio Orozco Guerrero, historiador, ensayista, gran escritor y amigo.
Como todos los entrevistados, Aída, ha llegado el momento de tu venganza. Ahora puedes realizarme una pregunta:
(Aída del Pozo pregunta) ¿Has leído alguna de mis novelas? Razona tu respuesta (con sonrisa maliciosa te la formulo)
Para qué te voy a engañar; no. Ya he contado en innumerables ocasiones que no soy un gran lector, o un lector voraz. Lo que yo leo en un año muchos lo leen en un par de meses. De ahí que suela centrarme en algunos de mis escritores favoritos (Ken Follett, por ejemplo), temas favoritos (ficción histórica, sobre todo si está relacionado con los Templarios, la cara oculta de la iglesia…) o los libros de mis clientes.
Hasta aquí esta entrevista a Aída del Pozo Aceves. Estaba seguro que esta debía ser la entrevista con la que iniciar un nuevo curso en mi blog y, particularmente, me ha encantado hacerla. Espero que a ti también leerla; y conocer a Aída más de cerca. Y ahora, nos toca conocer sus historias. En mi próximo lote de libros incluiré uno de su firma.
Nos vemos.